En el marco del 17° Coloquio de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), celebrado en coincidencia con el Día Nacional de la Industria, los presidentes de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rapallini, y de la UIC, Luis Macario, expusieron una visión estratégica para reposicionar a la industria como motor del desarrollo económico y social de Argentina. El evento, que congregó a industriales de todo el país, incluyendo al referente tucumano Jorge Rocchia Ferro, contó con la participación del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, en un contexto de reflexión sobre los avances macroeconómicos recientes y los desafíos pendientes para consolidar un modelo productivo competitivo.
Rapallini, en su primer Día Nacional de la Industria como presidente de la UIA, abrió su discurso con un homenaje a los empresarios que sostienen el tejido productivo del país: “Hemos demostrado una y otra vez nuestra resiliencia. No solo creamos empleo, sino que impulsamos el desarrollo económico y social. Somos en esencia una comunidad productiva integrada por empresarios y colaboradores que comparten el mismo destino”. Enfatizó que la industria no se limita a las fábricas, sino que genera un “ecosistema productivo” que incluye proveedores, transportistas, comerciantes y familias: “Cuando hablamos de industria, hablamos de millones de familias que dependen de que una máquina arranque cada mañana”.
Rapallini criticó duramente el modelo económico previo, basado en un “gasto público y emisión monetaria” que, según sus palabras, erosionó la competitividad industrial: “Se buscó promover la demanda con gasto público en nombre de un supuesto industrialismo, pero se construyó un sistema que llevó la presión fiscal a niveles récord, con una legislación laboral rígida y antiproductiva, con una macroeconomía inflacionaria llena de distorsiones”. Propuso un “nuevo contrato productivo” basado en diez principios fundamentales, entre ellos la seguridad jurídica, el orden macroeconómico, un sistema impositivo competitivo, la modernización laboral y una inserción internacional inteligente. “Queremos competir, pero en igualdad de condiciones. La industria argentina es un sector transable. Competimos todos los días con el mundo, y cuando acumulamos distorsiones, esas distorsiones se trasladan a los precios y nos hacen perder competitividad”, afirmó.
El titular de la UIA destacó la necesidad de un Estado que asuma un rol activo en políticas productivas: “Hoy en la Argentina no es solo caro producir, también es caro transportar, distribuir, vender y entregar”. Advirtió sobre los riesgos de una apertura económica acelerada sin resolver las distorsiones estructurales y llamó a proteger las cadenas de valor nacionales: “Argentina debe actuar con inteligencia, defender sus cadenas de valor, invertir en tecnología, cuidar sus sectores estratégicos y posicionar su industria en igualdad de condiciones frente al mundo”. Su propuesta, respaldada por un acuerdo firmado con uniones industriales de provincias como Buenos Aires, Catamarca, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Salta, San Juan, San Luis, Santa Fe, Tucumán y Córdoba, busca consolidar una visión de largo plazo para el desarrollo industrial.
Por su parte, Luis Macario, presidente de la UIC, celebró el rol de Córdoba como anfitriona del coloquio y subrayó los avances macroeconómicos recientes: “Reducción de la inflación, equilibrio fiscal, superávit comercial, normalización de la deuda comercial, normalización parcial del mercado cambiario, baja del riesgo país, mejoras y avances en la legislación laboral, simplificación y disminución de trámites burocráticos innecesarios”. Sin embargo, fue categórico al señalar que “un país que descendió a los niveles más bajos de la decadencia no puede reconstruirse solamente en dos años”.
Macario insistió en la urgencia de reformas estructurales, comenzando por una reforma tributaria: “La Argentina no solo cobra mucho, cobra mal. Tenemos impuestos regresivos como el IVA, distorsivos como ingresos brutos y el impuesto al cheque, confiscatorios como las retenciones y costos laborales que aumentan la informalidad”. Propuso un sistema impositivo “más simple, más equitativo y que promueva el desarrollo”, junto con una modernización laboral que fomente el empleo formal y se adapte a las demandas del siglo XXI, incluyendo los cambios impulsados por la inteligencia artificial y la economía digital.
El acceso al crédito productivo fue otro eje de su discurso: “En Argentina el crédito al sector privado no llega al 10% del PIB, cuando en países vecinos supera el 40% y en los desarrollados ronda el 100%. Necesitamos tasas de interés razonables e instrumentos de financiamiento específicos para invertir en bienes de capital, reconversión tecnológica y exportaciones”. Asimismo, destacó la importancia de la infraestructura como condición básica para la competitividad: “No hay industria ni competitividad si no contamos con energía confiable, gas suficiente, caminos transitables, puertos con costos razonables y un sistema ferroviario que abarate la logística”.
Macario llamó a superar la “grieta” política y social que ha fragmentado al país: “Un país no se construye desde la imposición, sino desde el consenso. Solo con consensos amplios, genuinos y duraderos podremos poner en marcha las transformaciones que la Argentina necesita”. En este sentido, celebró la firma del “nuevo contrato productivo” como un paso hacia la unidad del sector industrial: “Aquí están presentes los más importantes y destacados industriales de nuestra provincia y además los firmantes de este contrato productivo, lo que refleja la diversidad y fuerza del entramado productivo de la República toda”.
Un llamado a la acción
El 17° Coloquio de la UIC no solo sirvió como un espacio de reflexión, sino como un punto de inflexión para el sector industrial argentino. La presencia de autoridades nacionales y provinciales, junto con la participación de referentes de todo el país, reforzó el mensaje de que la industria es un pilar estratégico para el desarrollo sostenible. En palabras de Rapallini, “la industria ha recuperado un lugar estratégico en todos los países centrales”, y Argentina debe seguir ese camino con una visión que combine competitividad, inversión e integración inteligente en la economía global.
Macario cerró su intervención con un mensaje optimista pero firme: “Competir, invertir, integrar. Tres verbos simples pero poderosos, tres acciones que juntas son el tridente del desarrollo”. El desafío, coincidieron ambos oradores, es construir consensos que trasciendan las coyunturas políticas y permitan a la industria argentina desplegar su potencial como motor de empleo, innovación y progreso. En un país que busca recuperar la confianza perdida, el “nuevo contrato productivo” emerge como una hoja de ruta para transformar la esperanza en resultados concretos.